Parece estar en mi destino
tirar pedradas a los avisperos
pisar, descalzo el pie, los hormigueros
interminablemente de un camino…
Ser derrotado eternamente cansa
y surge una obsesión: no hay salida
pero en cada minuto de bonanza
brotan florcitas de color de vida…
Leonardo Castellani.
No te preguntes, santiagueño, de dónde viene esta publicación, quién la hace o por qué. Deja eso para quienes tienen un sueldo con el que dar de comer a sus hijos. Aquí se te dirá que esta revista quizás sea solamente el sueño de unos pocos orates que, una de estas tardes se pusieron de acuerdo para ver qué hacían por su provincia, qué le podían dar, antes que pedirle lo que ya no puede entregar. No es una revista hecha para durar, romper moldes o batir nuevos récords provinciales, nacionales o internacionales. Tampoco quiere criticar a otros medios: en esta profesión cada cual hace lo que puede, no lo que quiere. Está hecha del mismo material con que la mayoría de la gente emprende un trabajo nuevo, con mucho miedo, algo de ansiedad y una pizca de esperanza. A pesar su aspecto algo pretencioso, no es más que un humilde aporte a la discusión de las cosas públicas de Santiago. Quiere ser un medio de transmisión de ideas de quienes habitualmente no tiene otras maneras de comunicarse. Eso, nada más.
No te preguntes, santiagueño, de dónde viene esta publicación, quién la hace o por qué. Deja eso para quienes tienen un sueldo con el que dar de comer a sus hijos. Aquí se te dirá que esta revista quizás sea solamente el sueño de unos pocos orates que, una de estas tardes se pusieron de acuerdo para ver qué hacían por su provincia, qué le podían dar, antes que pedirle lo que ya no puede entregar. No es una revista hecha para durar, romper moldes o batir nuevos récords provinciales, nacionales o internacionales. Tampoco quiere criticar a otros medios: en esta profesión cada cual hace lo que puede, no lo que quiere. Está hecha del mismo material con que la mayoría de la gente emprende un trabajo nuevo, con mucho miedo, algo de ansiedad y una pizca de esperanza. A pesar su aspecto algo pretencioso, no es más que un humilde aporte a la discusión de las cosas públicas de Santiago. Quiere ser un medio de transmisión de ideas de quienes habitualmente no tiene otras maneras de comunicarse. Eso, nada más.
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